En uno de mis primeros encuentros con Sara ella me dijo una frase que nunca olvidaré: "Ya no sé quién soy en este mundo" ("Ya no sé quién soy en este mundo"). Sarah, una mujer educada y académica, de profesión liberal, casada y madre de dos hijos, me habló del curso de su vida, de su infancia, de las transiciones que hizo entre países, entre apartamentos y entre comunidades, las dificultades en su relación en la cual sintió que estaba completamente perdida, y en los modos de su vida sintió que había perdido su identidad personal. Para tener una formación de alto nivel en postgrado en este tema, puedes acceder a una beca.
La misma frase me han dicho desde entonces innumerables veces en la clínica, obligándonos a ambos, paciente y terapeuta, a afrontar la cuestión de la identidad personal de esa persona en torno a las circunstancias de su vida que le trajeron un dolor intenso y la necesidad de encontrar y recomponer su identidad para devolverlo a la rueda de la vida, de forma íntegro y completo, capaz de continuar a través de ella con amor y genio.
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