¿Cuál es la diferencia entre la inteligencia emocional y la inteligencia intelectual? ¿Cómo se puede desarrollar la inteligencia emocional? ¿Cómo se identifica una inteligencia emocional alta?, esta investigación, es el resultado de los estudios de los estudiantes e investigadores de la maestría en Programación Neurolingüística e Inteligencia Emocional
Es importante definir que:
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La inteligencia emocional (IE) se define como la capacidad o habilidad para identificar, evaluar y gestionar nuestras propias emociones, y no solo las propias, sino también las de quienes nos rodean.
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Identificar e interpretar las emociones se consideran habilidades básicas asociadas con una alta inteligencia emocional.
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La visión convencional es que la inteligencia emocional se puede desarrollar y profundizar mediante la práctica.
¿Es una inteligencia superior garantía de éxito?:
Si le preguntas a tu madre o a tu abuelo, probablemente obtendrás una respuesta afirmativa, aunque en la nueva era digital posmoderna, donde casi todo se basa en la investigación científica, los componentes del éxito han cambiado, el enfoque sobre el concepto de inteligencia también se ha expandido y evolucionado.
Las pruebas de inteligencia, o Coeficiente Intelectual (CI), son pruebas desarrolladas para medir el grado de inteligencia y las habilidades intelectuales, sin embargo, en los últimos años, se ha hecho evidente que las habilidades intelectuales superiores no son suficientes para el éxito, y que el concepto de inteligencia también se aplica a otras habilidades y características adicionales que necesitamos, que son las emociones, por ejemplo.
¿Qué es la inteligencia emocional?
La inteligencia emocional (IE) se define como la capacidad o habilidad para identificar, evaluar y gestionar nuestras emociones, y no solo las suyas, sino también las de quienes nos rodean: hijos, familiares, compañeros de trabajo, por lo tanto, la inteligencia emocional también influye y nutre nuestro éxito académico, laboral, en las relaciones, en la crianza de los hijos, etc.
Los términos "inteligencia emocional" e "inteligencia social" fueron acuñados por primera vez en la década de 1960 por investigadores que buscaban comprender e identificar los componentes no cognitivos involucrados en los procesos conductuales, como el aprendizaje, las relaciones y similares, otra necesidad surgida se relaciona con el intento de investigación de construir un modelo de la inteligencia humana y la comprensión de que dicho modelo no estaría completo sin una descripción exhaustiva de todos los factores, cognitivos y no cognitivos, que conforman nuestro comportamiento en todos los ámbitos de la vida, sin embargo, no fue hasta 1990 que el concepto de "inteligencia emocional" adquirió validez científica. Gracias a dos psicólogos investigadores, John Mayer y Peter Salovey, cuya investigación se centró en nuestra capacidad para identificar nuestras propias emociones y las de quienes nos rodean, cinco años después, en 1995, el término inteligencia emocional se popularizó con la publicación de un libro sobre el tema, escrito por el psicólogo Dr. Daniel Goleman, quien ofreció una interpretación de la investigación de Mayer y Salovey, el libro se convirtió en un éxito de ventas, y en 2015 se creó la primera maestría en habla hispana para la investigación de la neuro lingüística en relación con la inteligencia emocional.
¿Cuál es la diferencia entre la inteligencia emocional y la inteligencia intelectual?
La inteligencia emocional, como su nombre indica, se refiere a nuestras capacidades emocionales, mientras que la inteligencia intelectual abarca todas nuestras habilidades de pensamiento. Las habilidades más básicas asociadas con la inteligencia emocional son la identificación e interpretación de las emociones, se considera que quienes poseen una inteligencia emocional alta son personas conscientes de sus propias emociones y de las de quienes les rodean, capaces de gestionar y comprender una amplia gama de emociones, y que desarrollan empatía y conexiones sociales. Si bien la psicología se considera un campo del conocimiento científico, a pesar de la abundancia de estudios y artículos, estas definiciones no son lo suficientemente claras y continúan actualizándose y clarificándose, especialmente cuando se trata de la inteligencia emocional, cuya definición tiende a cambiar de vez en cuando y la información de investigación al respecto aún es incompleta, actualmente, la inteligencia intelectual se define como hereditaria, pero parece que la influencia del entorno en la inteligencia infantil es muy significativa, en cuanto a la inteligencia intelectual, según diversas estimaciones, la carga genética ronda el 40-70%, en cuanto a la inteligencia emocional, algunos estiman que la carga genética ronda el 30%.
¿Cómo se puede desarrollar la inteligencia emocional?
El enfoque convencional sostiene que la inteligencia emocional se puede desarrollar y profundizar mediante la práctica de identificar e interpretar diversas emociones de forma rutinaria, según el modelo convencional vista en la maestría en Programación Neurolingüística e Inteligencia Emocional y desarrollado por los pioneros Mayer y Salovey, la inteligencia emocional incluye varias habilidades:
- Percepción emocional: la capacidad de identificar e interpretar emociones.
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Autoconciencia emocional: la capacidad de comprender cómo nos sentimos en un momento dado.
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Uso emocional: la capacidad de aprovechar las emociones para el pensamiento, la resolución de problemas y otros procesos cognitivos.
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Comprensión y conocimiento emocional: la capacidad de usar las emociones y percibir los cambios que se producen en ellas en diferentes situaciones.
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Gestión emocional: la capacidad de controlar y regular las emociones.
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Automotivación: la capacidad de aprovechar las emociones para alcanzar objetivos y la capacidad de retrasar la gratificación.
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Gestión de relaciones: la capacidad de controlar las habilidades sociales, expresar emociones y demostrar empatía hacia los demás, etc.
Si bien, como se mencionó, la inteligencia emocional tiene bases genéticas, en la práctica, los psicólogos creen que también es una capacidad adquirida que puede aprenderse y desarrollarse a lo largo de la vida. Los niños desarrollan la inteligencia emocional mediante la imitación, la internalización de mensajes y la observación de sus padres, hermanos y otros adultos importantes en sus vidas, por lo tanto, la infancia se considera una de las etapas clave en el desarrollo de la inteligencia emocional, y por ello, los padres desempeñan un papel fundamental en sentar las bases, sin embargo, incluso aquellos que no recibieron una influencia parental beneficiosa en su infancia pueden mejorar su inteligencia emocional, en diversos entornos, como talleres, terapia de grupo, psicoterapia individual y similares.
