Las costumbres y modelos de un duelo por la muerte o perdida de un ser querido varían según la sociedad, religión, lugar y la tribu donde se encuentre la persona y donde sus tradiciones fueron adquiridas.
Dentro de la Psicología se formuló el modelo de cinco etapas basándose en el trabajo con pacientes terminales y sus familias, a quienes se acompañó desde el momento en que recibieron la noticia de su condición hasta que la aceptaron. Las etapas del modelo se relacionan con la forma en que la persona moribunda afronta su propia condición, así como con la forma en que el entorno afronta la pérdida de un ser querido.
El modelo que parte de las investigaciones de los estudiantes de la maestría en Psicología clínica ofrece un marco para conceptualizar el proceso, pero es importante aclarar que no es una forma "correcta" ni "obligatoria" de abordar estas situaciones, los procesos de duelo y pérdida adoptan una forma única que varía de persona a persona y refleja sus características personales.
Las cinco etapas enumeradas en este modelo no tienen por qué aparecer cronológicamente, una tras otra, ni en orden, y no todas se presentarán en todas las personas.
Etapa 1 - Negación y Aislamiento: "No, no puede ser"
En esta etapa, el paciente y su familia no creen la noticia del fin inminente y suelen estar convencidos de que se ha cometido un error, la negación suele ser una defensa temporal que expresa la dificultad de afrontar la realidad y es una respuesta humana natural en situaciones tan extremas, esta investigación se refiere a esta respuesta como una especie de "amortiguador" que la persona necesita tras la aceptación inicial de la noticia difícil. El retraso en la respuesta de negación le permite a la persona un tiempo de respiro para recomponerse y recuperar fuerzas y gradualmente podrá reemplazar la negación con mecanismos de defensa menos extremos, lo que le permitirá una mayor comprensión y aceptación de la situación, aunque sea parcialmente.
Etapa 2 - Ira: "¿Por qué a mí?"
La mayoría de las personas no pueden seguir negando por mucho tiempo la noticia de su muerte inminente o la pérdida de su ser querido, por lo que la negación da paso a fuertes sentimientos de ira, rabia, celos y odio, la respuesta de la ira y la rabia suele dirigirse hacia afuera, en todas direcciones, a veces de una manera que parece arbitraria e indiscriminada. Esta es una etapa difícil de afrontar, especialmente para el entorno inmediato de la persona con enfermedad terminal o que enfrenta una pérdida, quienes deben asimilar sus reacciones difíciles. La comprensión y aceptación por parte de quienes la rodean de las expresiones de ira dirigidas hacia ella ayudará a encaminar el afrontamiento hacia la aceptación, mientras que una reacción opuesta del entorno (responder a la ira con ira) ralentizará el proceso y provocará sentimientos de soledad difíciles.
Etapa 3 - Negociación: "Haría lo que fuera, solo dame unos años más..."
Esta etapa caracteriza principalmente a los pacientes terminales que se enfrentan a la noticia de una muerte cercana y deben aceptar la posibilidad de una pérdida gradual, y es menos común en los procesos de duelo por una pérdida ya ocurrida. En la etapa de negociación, el paciente expresa su deseo de posponer el final mediante la negociación para intentar evitar lo inevitable. La negociación suele implicar un compromiso de algún tipo de "pago" por parte del paciente a cambio de retrasar la sentencia o cumplir sus últimos deseos ("Llévame a mí en su lugar, déjalo vivir"; "Prometo mejorar mi comportamiento, dejar de fumar y cuidar mi salud").
Etapa 4 - Depresión: "Todo es inútil ahora, ¿para qué vivir?"
En esta etapa, una profunda sensación de pérdida, cuya gravedad varía según la persona, sustituye la ira y los intentos de negociación. El sentimiento de pérdida suele ir acompañado de pensamientos sombríos sobre el futuro, sentimientos de culpa, vergüenza, fracaso y pérdida. Esta investigación concluye que los intentos de animar y calmar al paciente o a la persona deprimida en duelo no es necesaria ni recomendable, según la misma, sentirse deprimido es un proceso emocional importante de la situación y ayuda a avanzar hacia la aceptación y la reconciliación, a pesar de la dificultad que supone para quienes les rodean ver a un ser querido deprimido, conviene evitar animar y convencer con la idea de que "todo va a estar bien" y, en cambio, intentar superar esta etapa con paciencia, escucha y comprensión.
Etapa 5 - Aceptación: "Todo va a estar bien, voy a estar bien".
Si la persona logró superar las etapas previas de afrontamiento con el apoyo del entorno, eventualmente llegará la etapa de aceptación y reconciliación, en esta etapa, la persona abandona la lucha contra el destino y sus pasados conflictos con los demás y el entorno. El paciente o la persona en duelo ahora es capaz de expresar las diversas emociones que experimentó en las etapas anteriores, a la vez que acepta la irrevocabilidad de la vida y la separación de la persona que ama. La persona que se retrae en sí misma, liberada de sus emociones difíciles y del fervor de la lucha contra la dolorosa realidad, puede sentirse agotada, necesitando mucho descanso y un espacio tranquilo, libre de las preocupaciones cotidianas, la aceptación de la situación por parte de la propia persona y su entorno inmediato permitirá una verdadera separación. La mayoría de los pacientes llegan a esta etapa, pero algunos continúan luchando con la muerte y la niegan, sin poder aceptar la realidad con serenidad (en este contexto, es importante distinguir entre desesperación con rendición, o resignación con aceptación).